El síndrome del impostor

El fin de semana pasado se me encendió la bombilla con una idea que necesité poner en marcha inmediatamente: crear una newsletter. Dediqué prácticamente todo el sábado a prepararla con mimo y el domingo la lancé. A lo bruto y sin pensarlo demasiado. Esperaba que se apuntasen literalmente cuatro gatos… porque ¿a quién podría interesarle recibir correos míos donde hablo de lo que leo y, en general, de cualquier cosa que se me ocurra? La sorpresa llegó el mismo domingo por la noche, cuando consulté las estadísticas y vi que se habían suscrito treinta personas. Empezó el vértigo y, cómo no, el famoso síndrome del impostor.

síndrome del impostor
Aviso a navegantes. Hoy no iba a publicar post. Lo que he escrito es totalmente improvisado y desordenado, así que si andas buscando inspiración o algo útil, no lo encontrarás aquí.

Creo que la primera vez que escuché hablar sobre el síndrome del impostor fue a la ilustradora Mar Villar. Hace año y pico escribió en su blog sobre el tema (blog que recomiendo muchísimo a todas las mentes creativas). En su entrada explica qué es este síndrome mucho mejor de lo que pueda explicarlo yo. Por contarlo en plan telegrama; el síndrome del impostor consiste en tener la sensación de “no estar a la altura de lo que estás haciendo”. Básicamente, dejas de creerte lo bueno que te pasa profesionalmente como si aquello no fuera contigo y te sientes una “impostora” en un campo que los demás creen que dominas.

Lo confieso: me ha pasado. Mucho. Y me sigue pasando, tanto en mi trabajo como en mis aficiones. Me cuesta creer que a alguien puedan gustarle mis fotos, mis dibujos, el blog o que confíen en mí para presentar una demanda. Y lo peor es lo mucho que me bloqueo cuando veo caer sobre mis hombros responsabilidades demasiado gigantescas para mi cabeza de impostora.

Todavía no he encontrado el antídoto. Todavía dejo de hacer muchas cosas por ese temor irracional de “no valgo para esto”, y hoy, simplemente, quería compartirlo contigo. El domingo, si todo va bien, las personitas que se han suscrito a la newsletter recibirán el primer email; un email que llevo toda la semana diseñando y masticando porque no me creo capaz de llegar al umbral de vuestras expectativas. El síndrome del impostor me paraliza, se burla de mí en forma de vocecita interior que dice cosas como: “¿De verdad crees que te va a leer alguien?” o “pierdes el tiempo escribiendo en el blog porque lo que dices no vale nada”. Y no me queda otra que ocultar esa vocecilla infernal tras un blablablá mental y perseverar. Porque, al fin y al cabo, todo lo hago por y para mí. Disfruto pasando mi tiempo libre entre pinceles, fotografías y letras. Disfruto escribiendo en este blog, aunque no me lea nadie, y pongo en ello todo mi empeño. Ganbatte, como dirían en Japón: “Da lo mejor de ti”.

Si te sientes identificada con lo que cuento, recuerda: haz acopio y guarda a buen recaudo pruebas de lo muchísimo que vales (aquí sale mi vena jurídica, ¡pruebas ante todo!). Pueden ser audios de whatsapp, capturas de pantalla llenas de mensajes de agradecimiento cuando algo salió bien, notas en tu libreta personal, etc. No son un antídoto, pero sí un calmante efectivo para los momentos de bajón. A mí me funciona. 

A ti, que me estás leyendo: GRACIAS. Por la confianza, por las palabras de apoyo, por el feedback. Por animar a esta mente creativa a no dejar de crear. Cada palabra de cariño que recibo por aquí y en redes sociales es un pequeño empujón al síndrome del impostor. A raíz de la newsletter llevo toda la semana dándole vueltas al tema y analizando cómo me afecta en los distintos ámbitos de mi vida. Necesitaba utilizar, por una vez, el blog como vía de escape.

18 comentarios

  1. ¡Hooooola!

    Pues sí que me sonaba el "síndrome del impostor", conozco a gente que lo ha sentido alguna vez, aunque por suerte a mí nunca me ha pasado, o desde luego no de una forma exagerada que recuerde ahora mismo jaja
    En fin, me sorprende a veces cuando veo este tipo de pensamientos, sobre todo viniendo de alguien que escribe un blog tan precioso, que se nota que tiene talento para escribir y para la fotografía y no se, que siempre compartes unas entradas suuuper interesantes ^^ Ya te digo que yo desde que descubrí tu blog me he enamorado por completo porque me encanta todo lo que nos cuentas, además de que tratas temas muy variados y eso es algo que siempre agradezco y me gusta encontrar.

    Así que nada, espero que este comentario te de un poquito de feedback y te ayude a creerte que realmente te mereces todas las cosas buenas que te pasen y que lo consigues lo consigues porque realmente vales!!

    Un besito muy grande y ánimo! Me encanta ver que sigues hacia delante a pesar de todo ^^

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    1. Muchas gracias por tu comentario, Irene... y por las palabras de cariño <3 Que sepas que el enamoramiento blogueril es recíproco, ¡desde que descubrí el tuyo, se ha convertido en uno de mis favoritos e imprescindibles! Seguir adelante es siempre la única opción cuando disfrutamos con lo que hacemos (: ¡Un abrazo grandote y que disfrutes mucho del domingo! ^^

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  2. Dí que sí. ¡Ahora mismo me apunto!

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  3. Hola! He oido hablar muuucho sobre el síndrome del impostor y creo que muchos lo sufrimos con más o menos intensidad. Acabo de descubrir tu blog y me parece muy interesante además de precioso. Me uno a tu newsletter y te sigo en twitter. Pásate por mi blog si tienes curiosidad. Un saludo

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    1. ¡Hola, Victoria! Muchas gracias por tus palabras, en cuanto pueda me paso a descubrir tu blog (:

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  4. Elena! Te entiendo perfectamente, de hecho yo ni he hecho más cosas en el blog por esto mismo. Pero de verdad que no nos vas a defraudar. Acabo de leer la newsletter y me ha encantado. Además, me ha servido para ponerme al día con tu blog ☺️. Un beso!

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    1. ¡Me alegro mucho de que te haya gustado la newsletter, Leyre! Y anímate con el blog, creo que tu contenido es de muchísima calidad, a mi me encanta <3 Poco a poco conseguiremos destronar a nuestros "impostores" (; ¡Un besazo!

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  5. ¡Qué adorable eres!

    Creo que esto nos ha sucedido a todos en algún momento. Si te sirve de algo, te cuento cómo lo afronto yo. De un tiempo a esta parte he llegado a la conclusión de que todo lo que conocemos es una realidad que hemos ido construyendo, que es así pero que podría ser de una manera totalmente distinta. Un teatrillo, vaya. Y en este teatrillo estamos todos improvisando, día a día. En el trabajo, en nuestra vida personal, con nuestras aficiones... Así que, qué más dará si somos o no somos unos impostores, si al final nada es tan importante.

    Y añado otra cosa. Las personas que más nos rayamos pensando si seremos lo suficientemente buenas, si estaremos a la altura, si nos merecemos el reconocimiento... somos precisamente las que más ponemos de nuestra parte para intentar que todo salga bien. Los que son chapuzas, los que venden humo, los que van de trepas... esos no han tenido síndrome del impostor en la vida.

    Por cierto, me encantó la newsletter y estoy deseando recibir la próxima. :)

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    1. Jo, creo que este es el comentario más maravilloso jamás escrito en este blog. Tienes toda la razón, Tania. Nos preocupamos demasiado por el "qué dirán", cuando lo cierto es que cada uno tiene bastante con lo suyo como para detenerse a estudiar lo que hacen los demás.

      Me acabas de recordar algo que me dijo una compañera en el trabajo un día que yo estaba súper nerviosa por un pequeño taller que tenía que impartir. "Estar nerviosa es bueno porque significa que te importa". ¡Y qué verdad! Mientras sigamos dándolo todo y poniendo empeño en lo que hacemos, la cosa irá bien. Tenemos que tener esto más presente en nuestro día a día <3 ¡Un abrazote, Tania!

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  6. Conozco esa sensación porque la tengo constantemente: haga lo que haga siempre pienso que hago el ridículo, pero me fuerzo a mí misma para seguir porque me pasa a ti, todo lo que hago lo hago por y para mí, para mi desarrollo personal.
    Mucho ánimo, si lo haces con entusiasmo todo saldrá bien.

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    1. Qué importante es eso último que dices: entusiasmo ante todo. Solo así conseguiremos ir debilitando poco a poco a nuestro "impostor" (:

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  7. Me ha encantado lo de "¡pruebas ante todo!", ¡jajajajaja!. Madre mía como estamos con el síndrome de las narices, yo ya lo tengo controlado pero veces aparece ¬¬ Es curioso porque suele afectar más a mujeres que a hombres, uno de los motivos por los que pasa es porque siempre estamos más sometidas a juicio de terceros y se nos cuestiona y exige más que a los hombres, y esto nos hace dudar más de nuestras capacidades. En fin...
    Por cierto, gracias por mencionarme :D
    ¡Un abrazo!

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    1. Yo siento que lo controlo cuando algo me sale bien (por eso intento guardar "pruebas", jajaja), pero luego vuelvo al status quo anterior (': Y qué razón tienes con lo que dices de que afecta más a mujeres... no me había dado por pensarlo, pero creo que no conozco a ningún chico que lo sufra :O

      ¡Un besote, Mar!

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  8. Es que nos inspiras tanto! Como no te vamos a acompañar Elena? espero ansiosa tu news letters! Beso

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    1. ¡Mil gracias, Estelita! A finales de febrero caerá la siguiente newsletter ^^

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  9. Tarde para comentar? espero que no.
    Fíjate que es algo frecuente en las grandes mentes, ya que la responsabilidad de hacerlo bien (o mejor) es solo parte de esa grandeza. Las mentes medianas, lo dejan así como vaya; las pequeñas ni lo racionalizan siquiera.

    Me gustó leerte y de hecho, me motivó a retomar.

    Saludos desde Medellín.

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    1. ¡Hola! ¿Tarde para comentar? ¡Nunca! Me alegro de que el post te haya servido para retomar proyectos, ¡me hace mucha ilusión que me lo digas! *-* Un abrazo.

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