¡Hoy estreno una nueva sección en el blog! La idea de estos “paseos contemplativos” es recopilar entradas donde lo importante no son las palabras, sino
las imágenes. Cada vez más a menudo, camino por la calle con la mirada perdida en
las flores, las hojas secas,
las fachadas, los perretes,… voy, en toda regla, observando las avutardas (aunque
deben de ser imaginarias, porque creo que nunca he visto una real). A
veces, hago fotos.

La semana pasada encontré un camino muy poco transitado junto al río. Las
flores rosas de los tamarindos hacían que pareciese
de cuento. Aunque no llevaba la cámara encima, mis pasos volvieron a
guiarme hacia el mismo lugar cuando, más tarde ese mismo día, volví a salir de
paseo llevando conmigo, esta vez sí, la réflex.
Es curioso cómo, a pesar de llevar tantos meses atrapada en la misma
ciudad,
Zaragoza
no deja de sorprenderme. Siempre queda algún rincón por descubrir… y lo
conocido puede ser maravilloso si lo miras con ojillos inquietos. Espero que
te gusten las fotografías, y que nunca prives a tu niña interior del gusto por
explorar y ver más allá de lo mundano.
¡Feliz fin de semana!













