Descubriendo Salamanca

Aunque la rutina post-vacacional ha vuelto a atraparme en sus garras, hoy me apetece revivir un pedacito de vacaciones. Hace poco más de un mes estaba trotando por Salamanca con mi vestido verde y la cámara al cuello en una escapada de cuatro días de la que volví –cómo no– con tropecientas fotos. Así que si, como yo, tienes morriña viajera y te apetece darte un paseo virtual por algunos de los lugares más bonicos de Salamanca… ¡aquí va un pequeño tour!

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Salamanca es una ciudad abrumadora… en el buen sentido. Su centro histórico está repleto de edificios majestuosos que no pasan desapercibidos. Es fascinante pararse a mirar –y admirar– cada uno de ellos; desde la fachada de la Universidad (donde se encuentra la famosa ranita) hasta las catedrales, pasando por la Plaza Mayor, la Casa de las Conchas, el Palacio de la Salina, el Convento de San Esteban y un largo etcétera. También hay bastantes zonas naturales: la margen izquierda de río Tormes tiene un paseo precioso (con vistas maravillosas a la Catedral y al puente romano) y el Huerto de Calixto y Melibea, situado junto a la muralla, es un remanso de paz lleno de vegetación y pajarillos cantarines (¡me encantó!)

Como este post no pretende ser ninguna guía y los lugares típicos a los que ir en Salamanca los puedes encontrar rápidamente con una simple búsqueda en Internet, voy a centrarme en lanzar, en forma de lista, algunas recomendaciones a la hora de visitar la ciudad y algunos lugares no tan típicos pero igualmente apetecibles.

Sobra decir que la lista es totalmente subjetiva. No soy ninguna experta salamantina y todo lo que comento parte únicamente de mi experiencia como turista durante unos días en la ciudad

COSILLAS INTERESANTES PARA VER EN SALAMANCA

  • Exposición permanente de la Filmoteca de Castilla y León: “Artilugios para fascinar”. Me gustó muchísimo… y la entrada es gratuita.
  • Dragón comiendo helado en la fachada de la Catedral. El astronauta está sobrevalorado, ¡busca al dragón sonriente!
  • Picnic en la ribera del Tormes (hacia el lado del Puente de Enrique Estevan). El lugar perfecto para merendar con vistas.
  • Croissantería París. Y siguiendo con las meriendas… los croissants de esta tiendecita son sublimes (y tienen tropecientas variedades).
  • Ruta de arte urbano por el barrio del Oeste: Merece la pena perderse un rato sin rumbo fijo por esta zona. Las calles están llenas de murales y se respira muy buen ambiente.
  • Estatua de Carmen Martín Gaite. Sí, mi escritora favorita tiene una busto en la ciudad donde nació y obviamente tuve que ir a verlo.
  • Dos librerías de viejo que son preciosas por dentro: La Galatea y La Nave (están muy cerca una de la otra).
  • Dos librerías “normales” que son preciosas por dentro: Letras Corsarias y La Latina.

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6 comentarios

  1. Salamanca es de las ciudades más bonitas de España, fui hace mucho y llevo años queriendo volver pero nunca se me arregla. Lo de buscar figuras en la fachada de la Catedral es algo maravilloso, recuerdo que la última vez estuve casi una hora mirándola ensimismada.

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    1. Siii, la fachada de la catedral es para quedarse mirándola horas... y por más tiempo que pase siempre se descubre algo nuevo (:

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  2. Me ha encantado. Las fotos son muy muy bonitas, la primera chulísima.
    Un abrazo y que tengas buen fin de semana.

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  3. ¡Qué bien que te gustara Salamanca! A mí me decepcionó un poco, debo reconocer. Lo que es el núcleo de "edificios antiguos" me pareció precioso, pero saliéndome de ahí todo me daba mal rollo porque estaba la ciudad de-sier-ta. Di tú que a 37 grados estarían todos en sus casas con el aire acondicionado a tope, pero a mí me daba cosica ese ambiente. Por eso no visité el Barrio del Oeste, a pesar de que lo tenía apuntado en mi lista. Tendré que darle otra oportunidad a la ciudad en un mes más frío, que seguro que hay más movimiento. Mi cosa favorita fue la visita guiada Ieronimums, que la hice de 21:00 a 23:00 y pude ver el atardecer desde lo alto de las catedrales. ¡Un besote!

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    1. Uf, es que con 37 grados no apetece mucho turistear. Cuando estuve yo, aunque era agosto, no hizo tanto calor... de hecho alguna mañana temprano apetecía la chaquetilla. Sí que tuve la sensación de que "nos sobraba" un día, porque es una ciudad pequeña y todo lo bonito está concentrado en la misma zona.

      En Ieronimus no estuve (lo que no me gustó de la ciudad es que hay que pagar prácticamente para todo, jajaja, así que hicimos selección de lo que más nos llamaba la atención)... pero tiene que ser precioso ver el atardecer desde las alturas <3

      ¡Besotes!

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